Testimonios para la Iglesia, Vol. 1, p. 213-221, día 023

Ha sido el orgullo del corazón lo que ha inducido a esos hermanos a manifestar tanto temor de que otros se enteraran de que habían sido corregidos. Si hubieran confesado humildemente sus errores a la iglesia, habrían puesto en evidencia la fe que profesaban tener en las visiones, y la iglesia hubiera sido fortalecida para recibir la reprensión y confesar sus faltas. Estos maestros se interpusieron en el camino de la grey. Se erigieron en ejemplos equivocados y la iglesia los ha seguido, y cuando fue reprendida preguntó: “¿Por qué estos ministros no fueron reprobados siendo que nosotros seguímos sus enseñanzas?” En esta forma se ha abierto una puerta para que Satanás los tiente concerniente a la veracidad de las visiones.

Los hermanos fueron engañados y agraviados. Creyeron que nosotros estábamos unidos con esos maestros, y siguieron sus instrucciones, cuando estaban completamente equivocados. He escrito a estos ministros con angustia de espíritu al ver la causa de Dios perjudicada por su conducta insensata. Con cuánta ansiedad he observado el efecto de esos mensajes. Pero ellos los pusieron de lado, y no permitieron que los hermanos se enteraran de nada acerca de ellos, y por lo tanto no podrán recibir el beneficio de las instrucciones que el Señor consideró conveniente dar.

Mi labor ha sido muy desanimadora, ya que he visto que no se ha cumplido lo que Dios se había propuesto. Con frecuencia tengo que preguntar con aflicción: ¿De qué sirve todo mi trabajo? Estos hermanos adoptaron esta posición: Creemos en las visiones, pero la Sra. White, al escribirlas, puso sus propias palabras, de modo que nosotros creeremos únicamente la parte que pensamos que procede de Dios, y dejaremos de lado la otra. Han seguido este curso de acción y no han corregido sus vidas. Han profesado creer en las visiones pero han actuado contrariamente a ellas. Su ejemplo y su influencia han hecho surgir dudas en las mentes de otras personas. Hubiera sido mejor para la causa de la verdad presente que ambos se hubieran opuesto a los dones. En ese caso el pueblo no hubiera resultado dañado, y no hubiera tropezado en esos maestros ciegos. Hemos esperado y orado que se corrijan y ejerzan una influencia positiva sobre la grey; pero la esperanza ha muerto, y no podemos y no nos atrevemos a seguir guardando silencio. Hemos perjudicado a la iglesia de Dios por no haber hablado antes.

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La obra en Ohio

Desde nuestra visita a Ohio realizada en la primavera de 1858, el hermano H ha hecho todo lo posible por aplicar su influencia contra nosotros; y cuando ha supuesto que podía influir en algunas personas, lo ha hecho haciendo circular informes para despertar los sentimientos negativos. Cuando visitamos Ohio en la primavera de 1858, se me dio un mensaje concerniente a él y a su familia. Este testimonio le fue presentado. Pero muy pocos sabían que yo tenía un mensaje para él. El se rebeló contra el mensaje, y lo mismo que otros que habían sido reprochados, declaró que algunas personas habían sembrado prejuicio en mi mente contra su familia, en circunstancias que la visión mostraba las mismas faltas en ellos que yo había visto repetidamente durante los años. El dijo que creía en la visiones, pero que yo estaba influenciada por otros al escribirles. ¡Qué conclusión! ¡Que el Señor tiene una obra especial que llevar a cabo mediante uno de los dones reconocidos, pero que al mismo tiempo tolera que el mensaje dado sea adulterado antes de que llegue a la persona a quien desea corregir! ¿De qué sirven las visiones si se las considera en esta forma? Las interpretan a su propia manera y se sienten en libertad de rechazar la porción que no concuerda con sus sentimientos. El hermano H sabe que cada palabra de la visión que se le dio en Ohio es correcta. Y cuando ya no pudo ocultarle a la iglesia el mensaje durante más tiempo (porque fue pedido y leído en la Asociación de _____ el otoño pasado), él reconoció que era todo verdad. Pero ha mantenido una guerra ciega contra lo que sabe que es correcto.

No ha gobernado bien su propia casa, y ha sido reprochado por eso durante los últimos diez años. Ha experimentado el desagrado de Dios porque no ha ejercido control sobre sus hijos. Estos se han tornado depravados, han vivido en profunda deshonra y han ejercido una influencia corruptora dondequiera que han estado. Cada vez que me han sido presentados, se me ha llamado la atención a Elí y se me ha mostrado la perversidad de sus hijos impíos y el juicio que los sobrecogió de parte de Dios. Se me mostró que la familia del hermano H ha producido repugnancia a los incrédulos, y ha traído oprobio sobre la causa de la verdad presente. El mensaje que se me dio en la primavera de 1858 para Ohio, especialmente _____, no fue recibido por muchos. Era demasiado cortante por lo que se rebelaron contra él los corazones que no estaban profundamente compenetrados por el espíritu de verdad.

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Los ministros que han trabajado en este Estado no han ejercido una influencia correcta. Se han lanzado indirectas e insinuaciones contra el hermano y la hermana White, y también contra los administradores de Battle Creek, y esas falsedades han encontrado fácil acceso a los corazones de muchos, especialmente de los crédulos y criticones. Satanás sabe cómo lanzar sus ataques. Trabaja sobre las mentes para despertar celos e insatisfacción hacia los dirigentes de la obra. Luego hace que se pongan en duda los dones del Espíritu; y luego, por supuesto, éstos ejercen poco peso y se desprecia la instrucción dada mediante visiones.

Los ministros que han trabajado en Ohio han hecho su parte para provocar insatisfacción. El hermano H ha condescendido a actuar en una esfera inferior, respirando un espíritu de insatisfacción, escuchando ansiosamente los informes falsos, reuniéndolos y virtualmente diciendo: “Informadnos… y nosotros lo informaremos”. Ha trabajado solapadamente, ha diseminado informes falsos concernientes a nuestra manera de vestir y a nuestra influencia en Ohio, y ha promovido la idea de que el hermano White estaba especulando. No ha tenido la mínima unión con nosotros. Se ha sentido muy disgustado con nosotros. ¿Y por qué? Simplemente porque yo le he dicho lo que el Señor me ha mostrado con respecto a su familia y a su manera descuidada y negligente de criarla, lo cual le ha acarreado la desaprobación de Dios. Ha considerado con sentimiento de celo y de falta de reconciliación la parte que hemos desempeñado en la causa de la verdad presente.

Los hermanos de Ohio se han sentido animados a considerar con desconfianza y sospecha a los que están a cargo de la obra en Battle Creek, y han estado dispuestos a alzarse contra las posiciones adoptadas por ellos. El hermano J ha adoptado una posición firme independientemente del cuerpo. Se ha imaginado que de las oficinas centrales surgirán males contra los que él deberá luchar. Se ha dispuesto para la batalla cuando no había una pelea para llevar a cabo. Se ha dispuesto firmemente para resistir algo que nunca surgió. Muchos de los hermanos de Ohio tienen el mismo sentimiento y se oponen a algo que nunca ha sucedido. Su lucha ha sido insensata. Han estado listos para gritar: “¡Babilonia!”, hasta que ellos mismos se han convertido en una completa Babilonia.

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En Ohio los ministros se han interpuesto directamente en el camino de la obra. Debieran apartarse de él para dejar que Dios llegue a su pueblo. Se han interpuesto entre Dios y su pueblo, y ponen de lado los propósitos divinos. El hermano J ha ejercido influencia negativa en Ohio, por lo que debe tratar de contrarrestarla. Vi que en Ohio había quienes adoptarían una posición correcta si se les dieran instrucciones debidas. Han estado dispuestos a sostener la causa de la verdad presente, pero han visto que se ha llevado a cabo tan poco que se han desanimado. Tienen las manos débiles y necesitan que se las afirme. Vi que no debía hacerse adelantar la causa de Dios mediante ofrendas forzadas. Dios no acepta esa clase de ofrendas. Este asunto debe dejarse librado enteramente a su pueblo. No debieran conformarse con llevar una ofrenda anual solamente, sino que además debieran presentar ofrendas semanales y mensuales delante del Señor. Esta obra debe dejarse con el pueblo porque para ellos debe constituir una prueba permanente semanal y mensual. Vi que este sistema de diezmar desarrollaría el carácter y manifestaría la verdadera condición del corazón. Se presenta este asunto a los hermanos de Ohio destacando la verdadera importancia que tiene y si se los deja decidir por sí mismos, llegarán a la conclusión de que existe sabiduría y orden en el sistema del diezmo.

Los ministros no debieran actuar con severidad, e imponer exigencias a nadie, ni obligarlos a dar sus recursos. Si alguien no da tanto como otra persona piensa que debiera dar, no tienen por qué acusarlo ni echarlo del grupo. Debieran actuar con tanta paciencia y tolerancia como los ángeles. Debieran trabajar en unión con Jesús. Cristo y los ángeles observan el desarrollo del carácter, y pesan el valor moral. Dios soporta mucho a su pueblo que yerra. La verdad obrará cada vez más íntimamente y desarraigará un ídolo tras otro, hasta que Dios reine supremo en los corazones de su pueblo consagrado. Vi que el pueblo de Dios debía traerle una ofrenda voluntaria; pero la responsabilidad debe descansar enteramente sobre la persona, ya sea que dé con abundancia o escasamente. Lo que haga se anotará fielmente. Hay que dar al pueblo de Dios tiempo para que desarrolle el carácter.

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Los ministros de Dios debieran soportar el testimonio definido. Las verdades vivientes de su Palabra debieran obrar sobre el corazón. Y cuando los miembros de Ohio vean que se ha colocado algo digno ante ellos, aquellos cuyos corazones simpatizan con la obra darán abundantemente de sus medios para hacer progresar la causa de Dios. El Señor está probando a su pueblo. Si algunos no tienen el corazón puesto en la obra y no traen ofrendas a Dios, él los reprenderá; y si continúan aferrándose a su codicia, los separará de su pueblo. Vi que debía existir un sistema que se aplicara a todos por igual. Hay hombres y mujeres jóvenes con salud y fuerza que han sentido muy poca preocupación por la obra. Estos son responsables delante de Dios por su fuerza, y debieran traer ofrendas voluntarias delante del Señor. Y si no lo hacen, Dios apartará de ellos su mano que da la prosperidad.

Vi que la mano especial de Dios no había estado con su obra en Ohio para prosperar la causa en ese lugar. Hay algo que falta. Debiera existir una actitud de cuidadoso examen entre los predicadores y los miembros, un fiel escudriñamiento del corazón para descubrir a qué se debe una ausencia tan grande del Espíritu de Dios. Sus sacrificios y ofrendas casi se han secado. ¿Por qué las verdades de la Palabra de Dios no conmueven el corazón y conducen a la abnegación y el sacrificio? Que los ministros escudriñen su vida y vean qué clase de influencia han estado ejerciendo. El hermano J ha manifestado un espíritu independiente que Dios no aprueba. Su influencia no ha contribuido a la unión del pueblo de Dios ni al progreso de la obra.

Vi que las personas que han tenido sólo pocos años de experiencia en la causa de la verdad presente, no son quienes deben dirigir la obra. Deben manifestar delicadeza al aceptar posiciones que podrían entrar en conflicto con el juicio y la opinión de los obreros que han presenciado el surgimiento de la causa de la verdad presente, y cuyas vidas están entretejidas con su progreso. Dios no elegirá a personas con poca experiencia para que dirijan esta obra. No elegirá a los que no han tenido experiencia en los sufrimientos, pruebas, oposición y privaciones soportadas para colocar la obra sobre la base que ahora la sustenta. Ahora es fácil predicar el mensaje del tercer ángel, en comparación con lo que era antes. Los que ahora se dedican a esta obra y enseñan la verdad a otros, tienen todo al alcance de la mano. No pueden experimentar las privaciones que los obreros de la verdad presente soportaron antes que ellos. La verdad ya ha quedado establecida para ellos. Los argumentos están preparados. Ellos no debieran exaltarse a sí mismos para que no se los haga caer. Debieran tener mucho cuidado cuando hablan contra los que tuvieron que soportar tantas penurias en el comienzo de la obra.

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Dios estima a los obreros experimentados que tuvieron que trabajar soportando una pesada carga cuando había pocos con quienes compartirla. Tened cuidado cuando los criticáis o cuando murmuráis contra ellos, porque eso ciertamente será puesto en vuestra cuenta, y la mano prosperadora de Dios no os acompañará. Algunos hermanos sin experiencia, que no han sentido ninguna preocupación por la obra, y que han hecho poquísimo o nada por hacer adelantar la causa de la verdad presente, y que carecen de conocimiento acerca de lo que sucede en Battle Creek, son los primeros en criticar la administración de la obra en ese lugar. Y los que no manejan sus asuntos temporales con orden, y no tienen una familia bien disciplinada, son los que se oponen a que se hagan las cosas en forma sistemática para asegurar el orden en la iglesia de Dios. Carecen de gusto en los asuntos mundanos y se oponen a todo lo que sea de buen gusto en la iglesia. Esas personas no debieran tener participación en los asuntos de la iglesia. Su influencia no debiera ejercer el menor peso sobre los demás.

Una consagración completa

Estimados hermanos K: En mi última visión, me fueron mostradas algunas cosas referentes a vuestra familia. El Señor tiene pensamientos de misericordia para con vosotros, y no os abandonará a menos que le abandonéis. L y M son tibios. Deben despertarse y hacer esfuerzos para su salvación, o no alcanzarán la vida eterna. Deben sentir una responsabilidad individual y adquirir experiencia propia. Necesitan que el Espíritu Santo de Dios obre en su corazón, y los induzca a amar y escoger la sociedad del pueblo de Dios más que cualquier otra, y a separarse de los que no aman las cosas espirituales. Jesús exige un sacrificio completo, una consagración absoluta.

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L y M, no habéis comprendido que Dios exige vuestros afectos indivisos. Habéis hecho profesión de santidad, y sin embargo, habéis descendido al nivel muerto de los que profesan comúnmente tener religión. Amáis la sociedad de los jóvenes que no tienen consideración por las verdades sagradas que profesáis. En apariencia os habéis asemejado a vuestros compañeros, y en realidad os habéis conformado con un grado de religión que os hiciese agradables a todos sin merecer la censura de nadie.

Cristo lo exige todo. Si él requiriera menos, su sacrificio habría sido demasiado caro, demasiado grande, para elevarnos a ese nivel. Nuestra fe santa clama por una separación. No debemos conformarnos con el mundo, ni con los que profesan una fe muerta, sin corazón. “Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Romanos 12:2. Este es un camino de abnegación. Y cuando pensamos que el camino es demasiado estrecho, que se exige demasiada abnegación en esta senda estrecha; cuando decimos: ¡Cuán duro es renunciar a todo!, hagámonos la pregunta: ¿A cuánto renunció Cristo por mí? Esto ensombrece cualquier actitud que nosotros llamemos abnegación.

Contemplad a Jesús en el huerto, mientras suda grandes gotas de sangre. Un ángel solitario es enviado del cielo para fortalecer al Hijo de Dios. Seguid a Cristo camino del tribunal, mientras lo ridiculiza, escarnece e insulta la muchedumbre enfurecida. Contempladle cubierto con aquel viejo manto de púrpura regia. Oíd los groseros escarnios. Ved cómo colocan en aquella noble frente la corona de espinas. Luego le hieren con una caña, para que las espinas penetren en sus sienes y la sangre corra de esa frente santa. Oíd a aquella muchedumbre homicida que clama ávidamente por la sangre del Hijo de Dios. Este es entregado en sus manos, la turba se aleja con el noble Doliente, pálido, débil y desfalleciente, para crucificarlo. Lo extienden sobre la cruz de madera, y hunden los clavos en sus tiernas manos y pies. Contempladle colgado de la cruz durante aquellas espantosas horas de agonía hasta que los ángeles velan sus rostros para no ver la horrible escena, y el sol oculta su luz, rehusando contemplarla. Pensad en estas cosas y preguntaos: “¿Es demasiado estrecho el camino?” No, no.

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En una vida dividida y tibia, hallaréis dudas y tinieblas. No podéis gozar los consuelos de la religión, ni la paz que el mundo da. No os sentéis en el sillón de Satanás para no hacer nada, mas levantaos y esforzaos para alcanzar la elevada norma que es vuestro privilegio alcanzar. Es un bienaventurado privilegio renunciar a todo por Cristo. No miréis la vida de los demás ni los imitéis, pues si lo hacéis no os elevaréis más alto que ellos. Tenéis tan sólo un Modelo infalible. Lo único seguro es seguir a Cristo. Resolved que si los demás obran con pereza espiritual, los abandonaréis y progresaréis hacia la elevación del carácter cristiano. Formad un carácter para el cielo. No durmáis en vuestro puesto. Obrad con fidelidad y veracidad para con vuestra propia alma.

Estáis cediendo a un mal que amenaza destruir vuestra espiritualidad. Eclipsará toda la belleza y el interés de las páginas sagradas. Me refiero al amor por los libros de cuentos y otras lecturas que no ejercen buena influencia en la mente dedicada al servicio de Dios. Produce una excitación falsa y malsana, afiebra la imaginación, destruye la utilidad de la mente, y la descalifica para cualquier ejercicio espiritual. Aparta el alma de la oración y del amor por las cosas espirituales. La lectura que arroja luz sobre el volumen sagrado y despierta vuestros deseos y diligencia por estudiarla, no es peligrosa, sino benéfica.

Me fuisteis presentados con los ojos apartados del Libro sagrado y atentamente fijos en libros excitantes, que son mortales para la religión. Cuanto más a menudo y con mayor diligencia leáis las Escrituras, tanto más hermosas os parecerán y tanto menor gusto tendréis por las lecturas livianas. El estudio diario de las Escrituras ejercerá sobre la mente una influencia santificadora. Respiraréis una atmósfera celestial. Ligad este precioso Volumen a vuestro corazón. Demostrará ser para vosotros un amigo y un guía en la perplejidad.

Habéis tenido en vuestra vida ciertos objetivos en vista y, ¡con cuánta constancia y perseverancia habéis trabajado para alcanzarlos! Habéis hecho cálculos y planes hasta que se realizaron vuestros deseos. Hay ahora delante de vosotros un objeto digno de un esfuerzo perseverante, incansable, de toda la vida. Es la salvación de vuestra alma, la vida eterna. Y para alcanzarla se requiere abnegación, sacrificio y estudio detenido. Debéis ser purificados y refinados. Os falta la influencia salvadora del Espíritu de Dios. Os mezcláis con vuestros asociados, y os olvidáis de que habéis tomado el nombre de Cristo. Actuáis y os vestís como ellos.

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Hermana K, vi que usted tiene una obra que hacer. Debe morir al orgullo y dedicar todo su interés a la verdad. Su destino eterno depende de la conducta que siga ahora. Para tener la vida eterna, debe vivir por ella y negarse a sí misma. Salga del mundo y manténgase separada de él. Su vida debe caracterizarse por la sobriedad, la vigilancia y la oración. Los ángeles están observando el desarrollo del carácter, y pesando el valor moral. Todas nuestras palabras y acciones pasan en revista delante de Dios. Es un momento terrible y solemne. La esperanza de la vida eterna no ha de considerarse livianamente; es asunto que debe decidirse entre Dios y nuestra propia alma. Algunos prefieren apoyarse en el juicio y la experiencia de los demás, antes que darse el trabajo de examinar detenidamente su propio corazón, y dejan transcurrir meses y años sin recibir testimonio del Espíritu de Dios ni evidencia de que han sido aceptados. Se engañan a sí mismos. Tienen una esperanza supuesta, pero carecen de las cualidades esenciales del cristiano. Ante todo se debe verificar una obra cabal en el corazón; luego los modales asumirán el carácter elevado y noble que señala a los verdaderos discípulos de Cristo. Se requiere esfuerzo y valor moral para vivir de acuerdo con nuestra fe.

El pueblo de Dios es singular. Su Espíritu no puede congeniar con el espíritu e influencia del mundo. No deseáis llevar el nombre de cristianos y ser indignos de él. No deseáis comparecer ante Jesús con una simple profesión de fe. No deseáis engañaros en un asunto tan importante. Examinad cabalmente las bases de vuestra esperanza. Obrad verazmente con vuestra propia alma. Una esperanza supuesta no os salvará. ¿Habéis calculado el costo? Temo que no. Decidid ahora si seguiréis a Cristo, cueste lo que cueste. No podéis hacerlo y gozar de la compañía de aquellos que no prestan atención a las cosas divinas. Vuestros espíritus no pueden fusionarse mejor de lo que se fusionan el aceite y el agua.

Es una gran cosa ser hijo de Dios y coheredero con Cristo. Si tal es vuestro privilegio, conoceréis la comunión de los sufrimientos de Cristo. Dios mira al corazón. Vi que debéis buscarle fervorosamente, y elevar la norma de vuestra piedad, o no alcanzaréis la vida eterna. Tal vez os preguntéis: ¿Vio la Hna. White esto? Sí: y he procurado presentároslo, comunicaros todas las impresiones que sentí. Que el Señor os ayude a prestarles atención.

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Tatiana Patrasco