Testimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 426-425, día 119

Muchos profesos observadores del sábado no sujetan el cuerpo. Las mentes de algunos de los que han aceptado el sábado siempre habían sido depravadas. Y cuando aceptaron la verdad no sintieron la necesidad de hacer un cambio decisivo y darle otro rumbo a su vida. Estuvieron muchos años siguiendo las inclinaciones de un corazón irregenerado, lo gobernaron las corruptas pasiones de su naturaleza carnal que habían desfigurado la imagen de Dios en ellos y manchado todo lo que tocaran; por ende, toda su vida futura, aunque fuese larga, resultaría demasiado corta para ascender la escalera de Pedro hacia la perfección cristiana, preparación necesaria para entrar en el reino de Dios. Pero no son muchos los que se dan cuenta de que no pueden ser salvos por profesar la fe, a menos que sean santificados por medio de la verdad en respuesta a la oración de nuestro divino Señor a su Padre: “Santifícalos en tu verdad: tu Palabra es verdad”.

Los hombres y las mujeres que profesan ser discípulos de Cristo y guardan los mandamientos de Dios tendrán que experimentar en sus vidas diarias el verdadero espíritu de lucha para poder entrar por la puerta estrecha. Los que luchan angustiosamente son los únicos que con facilidad pasarán por la puerta estrecha y andarán por el camino angosto que lleva a la vida eterna, a la perpetua plenitud de gozo y placer. Los que simplemente intentan entrar nunca podrán hacerlo. Muchos pasarán toda su vida cristiana meramente esforzándose en su intento, y su única recompensa será darse cuenta de que les es completamente imposible entrar por la puerta estrecha. 

Me ha sorprendido ver cuántas familias están enceguecidas por Satanás, de modo que no se dan cuenta de las estratagemas, argucias y engaños que práctica a su alrededor. Los padres parecen estar atontados por la paralizadora influencia del maligno, y sin embargo piensan que están bien. Se me ha mostrado que Satanás trabaja para degradar las mentes de los que se unen en matrimonio con el fin de poder implantar su propia odiosa imagen en sus hijos. Por cuanto gozan de los privilegios de la relación matrimonial, muchos piensan que pueden permitir que sus instintos animales los controlen. Son guiados por Satanás, quien los engaña y los induce a pervertir esta sagrada institución. El se complace cuando sus mentes se degradan, puesto que tiene mucho que ganar en estas circunstancias. Sabe que si puede estimular sus más bajas pasiones, y mantenerlas en constante desarrollo, no habrá nada en su experiencia cristiana que lo perturbe en su accionar; por cuanto las facultades morales e intelectuales quedarán subordinadas, mientras que los instintos animales predominarán y mantendrán un creciente influjo; y estas pasiones más bajas se fortalecerán por el ejercicio, mientras que las cualidades más nobles se debilitarán más y más. 

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Puede moldear a sus hijos mucho más fácilmente que lo que podía moldear a los padres, puesto que puede controlar la mente de los padres a fin de, a través de ellos, poder implantar el sello de su propio carácter en sus hijos. Así muchos niños nacen con una gran preponderancia de los instintos animales, mientras que las facultades morales están sólo débilmente desarrolladas. Estos niños necesitan la más cuidadosa educación para hacer aflorar, fortalecer y desarrollar las facultades morales e intelectuales, de modo que éstas puedan llevar la delantera. Pero no se perciben las maniobras de Satanás; sus ardides no se comprenden. No se educa a los niños para Dios. Se descuida su educación moral y religiosa. Se fortalecen constantemente los instintos animales, mientras que las facultades morales se debilitan. 

Algunos niños comienzan a practicar la masturbación en su infancia; y mientras los años pasan, las pasiones concupiscentes crecen con su crecimiento y se fortalecen con su fuerza. Sus mentes no descansan. Las niñas desean la compañía de los jóvenes, y los jóvenes la de las niñas. Su comportamiento no es recatado y modesto. Son audaces y atrevidos y se toman libertades indecentes. El hábito de la masturbación ha degradado sus mentes y manchado sus almas. Pensamientos viles, la lectura de novelas, cuentos de amor y malos libros excitan su imaginación, y sólo éstos están de acuerdo con sus depravadas mentes. No aman el trabajo, y cuando están ocupados en alguna labor se quejan de que sienten fatiga; les duele la espalda; tienen dolor de cabeza. ¿Es esto justificado? ¿Están cansados por el trabajo? ¡No, no! Sin embargo los padres prestan atención a las quejas de estos niños y los liberan del trabajo y las responsabilidades. Esto es lo peor que pueden hacer por ellos. De este modo están quitando prácticamente la única barrera que impide que Satanás tenga libre acceso a sus mentes debilitadas. El trabajo útil sería de algún modo una salvaguardia en contra del decidido control de Satanás sobre ellos. 

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Conocemos algo acerca del modo de trabajar de Satanás y con cuánto éxito lleva a cabo su obra. De acuerdo con lo que se me ha mostrado, él ha paralizado las mentes de los padres. No se atreven a sospechar que sus propios hijos pueden estar en el error y el pecado. Algunos de estos niños profesan ser cristianos, y los padres siguen durmiendo, y no temen ningún peligro, mientras las mentes y los cuerpos de sus hijos se están arruinando. Algunos padres ni siquiera se preocupan por mantener a sus hijos con ellos cuando están en la casa de Dios. Las jovencitas asisten a las reuniones y, a veces, se sientan con sus padres, pero más frecuentemente lo hacen en la parte posterior de la congregación. Tienen el hábito de excusarse y salir del templo. Los jóvenes comprenden esto, y salen antes o después de ellas; luego, cuando termina la reunión, las acompañan a sus casas. Esto no ayuda a los padres a comprender mejor la situación. Nuevamente, se inventan excusas para salir de caminata, y los jóvenes y las jóvenes se reúnen en los terrenos reservados para lugares de entretenimiento, o en otros lugares apartados, y allí juegan y pasan un buen rato, sin alguien de experiencia que los controle. Imitan a los hombres y mujeres adultos. 

Esta es una era disipada. Los niños pequeños y las niñas comienzan a brindarse atenciones mutuamente cuando debieran estar en el cuarto de los pequeños, tomando lecciones de comportamiento modesto. ¿Cuál es el efecto de esta promiscuidad? ¿Aumenta la castidad de los jóvenes que así se reúnen? ¡Por cierto que no! Aumentan las primeras pasiones concupiscentes; después de tales reuniones los jóvenes son enloquecidos por el diablo y se rinden a sus prácticas viles. 

Los padres están dormidos y no saben que Satanás ha plantado su bandera infernal justamente en sus hogares. Se me indujo a preguntar: ¿Qué será de la juventud en esta era corrupta? Insisto: los padres están dormidos. Los niños están infatuados con un sentimentalismo enfermizo, y la verdad no tiene poder para corregir el mal. ¿Qué puede hacerse para detener el avance del mal? Los padres pueden hacer mucho si así lo desean. Si una niña de trece años recibe insistentes manifestaciones de familiaridad por parte de un jovencito de su edad, o mayor, debiera enseñársele que se muestre tan ofendida por esto que nadie se atreva a repetir nunca tales propuestas. Cuando niños o jóvenes buscan frecuentemente la compañía de una niña, hay algo mal. Esa niña necesita una madre que le indique su lugar, que la controle y le enseñe el comportamiento que se espera de una joven de su edad. 

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La corruptora doctrina que prevalece, la cual sostiene que, desde el punto de vista de la salud; los sexos deben juntarse, ha llevado a cabo su obra maligna. Cuando los padres y los tutores manifiesten un décimo de la sagacidad que posee Satanás, entonces podrá ser casi inofensiva esta asociación de sexos. Como están las cosas, Satanás logra el mayor éxito en su esfuerzo de cautivar las mentes de la juventud; y la asociación de jovencitos y niñas sólo aumenta el mal veinte veces. Que los jovencitos y las niñas se ocupen de un trabajo útil. Si están cansados tenderán menos a corromper sus propios cuerpos. No hay esperanza para la juventud, a menos que haya un cambio completo en la mente de los mayores. Los caracteres de los jóvenes y las Señoritas llevan la impronta del vicio, y sin embargo ¿qué se hace para detener el avance de este mal? Se permite y se insta a los adolescentes y a los jóvenes a tomarse libertades haciendo proposiciones indecentes a las niñas y a las jóvenes. Es mi oración que Dios despierte a los padres y a las madres para que se ocupen seriamente en cambiar este estado de cosas. 

He estado revisando los Testimonios dados a los observadores del sábado y estoy asombrada por la misericordia de Dios y su cuidado por su pueblo al darles tantas advertencias, señalando sus peligros, y presentándoles la exaltada posición que quiere que ellos ocupen. Si se mantuvieran en su amor y separados del mundo, él haría que sus bendiciones especiales recayeran sobre ellos y su luz brillara a su alrededor. Su benéfica influencia podría sentirse en cada rama de la obra y en cada parte del campo misionero. Pero si no logran ser partícipes de la mente de Dios y si continúan siendo tan poco conscientes del exaltado carácter de la obra como fueron en el pasado, su influencia y ejemplo resultará una terrible maldición. Causarán daño y solamente daño. Sus vestidos aparecerán manchados con la sangre de preciosas almas. 

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Hemos reiterado testimonios de advertencia. Pregunto: ¿Quién les ha prestado atención? ¿Quiénes han sido celosos y se han arrepentido de sus pecados e idolatría, y han estado seriamente avanzando hacia la meta para lograr el premio del alto llamamiento de Dios en Cristo Jesús? ¿Quiénes han mostrado la obra interior de Dios, que lleva a la abnegación y al humilde renunciamiento? ¿Quiénes de los que han sido amonestados se han separado del mundo, de sus afectos y concupiscencias, de tal modo que han evidenciado un crecimiento diario en gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo? ¿Quiénes de entre los miembros activos sienten la responsabilidad que tienen frente a la iglesia? ¿A quiénes vemos que Dios está usando especialmente, obrando por medio de ellos para elevar el nivel, y hacer que la iglesia lo alcance, de modo que puedan probar al Señor y ver si él derrama una bendición sobre ellos? 

He esperado ansiosamente, con la esperanza de que Dios derramara su Espíritu sobre algunos y los usara como instrumentos de justicia para despertar y poner su iglesia en orden. Me he sentido casi desesperada al ver, año tras año, un mayor alejamiento de la sencillez que Dios ha mostrado que debiera caracterizar la vida de sus seguidores. Ha habido cada vez menos interés en la causa de Dios y menos devoción hacia ella. ¿De qué modo los que profesan confiar en los Testimonios han intentado vivir de acuerdo con la luz que se da en ellos? ¿Cómo han considerado las advertencias que les fueron dadas? ¿En qué han prestado atención a las instrucciones recibidas? 

Vi que deben producirse grandes cambios en los corazones y las vidas de muchos antes que Dios pueda obrar en ellos por su poder para la salvación de otros. Deben ser renovados a la imagen de Dios, en justicia y en verdadera santidad. Entonces el amor al mundo, el amor al yo y toda ambición de la vida que tenga como fin exaltar al yo serán cambiados por la gracia de Dios y empleados en la obra especial de salvar almas por las que Cristo murió. La humildad tomará el lugar del orgullo, y el arrogante amor propio será reemplazado por la mansedumbre. Un desinteresado amor por toda la humanidad controlará todos los sentimientos del corazón. Vi que Satanás se despertará cuando ellos comiencen seriamente la obra de reforma en sí mismos. Sabe que estas personas, si están consagradas a Dios, podrían probar la fuerza de sus promesas y poner en práctica el poder que obra en ellos que el adversario no sería capaz de negar ni resistir. Ellos albergarían la vida de Dios en el alma. 

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Una familia en particular necesitaba todos los beneficios posibles de la reforma pro salud, sin embargo precisamente ellos los han dejado de lado completamente. Han usado con liberalidad carne y manteca, y no descartaron completamente las especias. Esta familia se podría haber beneficiado grandemente con un régimen alimentario nutritivo y conveniente. El jefe de la familia necesitaba alimentos sencillos y nutritivos. Tenía hábitos sedentarios, y la sangre circulaba con dificultad a través de su organismo. No podía, como otros, gozar del beneficio de un saludable ejercicio; por consiguiente debiera haber ingerido la calidad y la cantidad correcta de alimentos. En esta familia no ha habido un control correcto del régimen alimentario; han sido irregulares. Debieran haber tenido una hora fija para cada comida y los alimentos debieran haber sido preparados de un modo sencillo y sin grasa; pero debieran haberse preocupado por hacerla nutritiva, saludable y atractiva. En esta familia, como también en muchas otras, se ha hecho un despliegue especial para las visitas, se han preparado muchos platos y frecuentemente se los ha condimentado demasiado, de modo que los que se sentaran a la mesa se tentasen a comer en exceso. Luego, cuando no tenían visitas, había un gran cambio, se bajaba el nivel de los alimentos que se servían en la mesa. El régimen alimentario era escaso y falto de nutrimento. No se le daba importancia porque era “solamente para nosotros”. Se ingerían alimentos en exceso, y se daba poco valor al horario regular en las comidas. Esta práctica perjudicó a cada miembro de la familia. Nuestras hermanas pecan al hacer tan grandes preparativos para las visitas, y menoscabar a sus propias familias con una dieta magra que no logrará nutrir al organismo. 

El hermano a quien me refiero sufría deficiencias en su organismo; no se sentía bien alimentado, y pensó que la carne le daría la fuerza que necesitaba. Si hubiese sido atendido convenientemente, y se hubieran servido a la hora apropiada alimentos nutritivos, se habrían satisfecho abundantemente todas las demandas de su organismo. La manteca y la carne estimulan. Estas le dañaron el estómago y le pervirtieron el gusto. Entumecieron los sensibles nervios del cerebro, y fortalecieron el apetito animal a expensas de las facultades morales e intelectuales. Estas capacidades superiores, que debieran llevar el control, se debilitaron, de modo que no se discernieron las cosas eternas. Se entorpeció lo espiritual y devocional. Satanás se ha sentido triunfante al ver cuán fácilmente puede penetrar a través del apetito y controlar a hombres y mujeres inteligentes, a quienes el Creador ha asignado una gran obra. 

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El caso al que me acabo de referir no es un caso aislado; si así fuera, no lo hubiera mencionado aquí. Cuando Satanás toma posesión de la mente, ¡cuán pronto la luz y la instrucción que el Señor ha dado por gracia se desvanecen y no tienen fuerza! ¡Cuántos inventan excusas y crean falsas necesidades para ponerlas como pretexto de su proceder equivocado, siguiendo el cual dejan de lado la luz y la pisotean! Hablo con autoridad. La más grande objeción a la reforma pro salud es que este pueblo no la práctica; y sin embargo afirman que no pueden practicar la reforma pro salud y preservar su energía. 

Encontramos en cada caso una buena razón por la que no pueden practicar la reforma pro salud. No la practican, y nunca la siguieron estrictamente, por lo tanto no pueden beneficiarse con ella. Algunos caen en el error de que porque descartan la carne no necesitan reemplazarla con las mejores frutas y vegetales, preparados del modo más natural, sin grasas ni especias. Si sólo arreglaran hábilmente las dádivas con las que el Creador los ha rodeado, ocupándose conjuntamente en esta obra padres e hijos de un modo consciente, disfrutarían de los alimentos sencillos, y entonces serían capaces de hablar con conocimiento de la reforma pro salud. Los que no son partidarios de la reforma pro salud, y nunca la han adoptado completamente, no pueden juzgar sus beneficios. Los que se apartan ocasionalmente para gratificar el gusto comiendo un pavo engordado u otra clase de carne, pervierten sus apetitos, y no son los indicados para juzgar los beneficios del sistema de la reforma pro salud. Se rigen por el gusto y no por los principios. 

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Sirvo bien mi mesa en todas las ocasiones. No introduzco cambios para las visitas, sean creyentes o no creyentes. Me preocupo por tener las cosas organizadas de tal modo que no me toma desprevenida el hecho de tener que sentar a mi mesa de uno a seis invitados inesperados. Tengo suficientes alimentos sencillos y saludables listos como para satisfacer el apetito y nutrir el organismo. Si alguien necesita más que esto, está en libertad de buscarlo en otro lugar. Ni manteca ni carnes de ningún tipo se sirven en mi mesa. Rara vez hay torta. Generalmente tengo una amplia provisión de frutas, buen pan y legumbres. Nuestra mesa está siempre bien concurrida, y todos los que participan de la comida se benefician y mejoran con ella. Todos se sientan con un apetito que no es epicúreo, y comen con gusto las dádivas provistas por nuestro Creador. 

Los que trabajan en el corazón de la obra han manifestado una tremenda indiferencia por este asunto importante. La falta de estabilidad con respecto a los principios de la reforma pro salud es un verdadero índice de su carácter y de su fortaleza espiritual. No son lo suficientemente escrupulosos en su experiencia cristiana. No prestan atención a sus conciencias. La base o causa de cada acción correcta que existe y opera en el corazón renovado asegura una obediencia sin motivos externos o egoístas. El espíritu de verdad y una buena conciencia son suficientes para inspirar y regular los motivos y la conducta de los que aprenden de Cristo y son semejantes a él. Los que no poseen la fortaleza de los principios religiosos se desvían fácilmente por el ejemplo de los demás y toman una dirección equivocada. Los que nunca han aprendido las obligaciones que Dios les ha impuesto, ni conocido sus propósitos para con ellos, no son confiables en tiempos de severo conflicto con los poderes de las tinieblas. Son desviados por las apariencias inmediatas y externas. Los hombres mundanos son gobernados por principios mundanos; no pueden valorar otros principios. Pero los cristianos no debieran ser guiados por estos principios. No serán inducidos a cumplir su deber por nada que no sea el amor a obedecer cada orden de Dios según se encuentra en su Palabra y según su conciencia iluminada se los indique. 

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En el corazón renovado el obedecer la voluntad de Dios será un principio fijo, porque habrá amor por lo que es justo y bueno y santo. No habrá duda, no se harán concesiones al gusto, ni se considerará la conveniencia, ni se seguirá un proceder simplemente porque otros así lo hagan. Todos debieran vivir independientemente. Las mentes renovadas por la gracia serán un instrumento receptivo, al que continuamente se le envía luz, gracia y verdad de lo alto, y que la transmite a otros. Sus obras son fructíferas. Su fruto es para santidad y tienen como fin la vida eterna. 

Pero muy pocos tienen un conocimiento experimental de la influencia santificadora de las verdades que profesan. Su obediencia y devoción no están de acuerdo con su luz y privilegios. No poseen un sentido real de la obligación que tienen de andar como hijos de luz, y no como hijos de las tinieblas. Si la luz que se les ha dado la hubieran recibido Sodoma y Gomorra, se hubiesen arrepentido en saco y silicio y hubieran escapado a la señalada ira de Dios. Será más tolerable el castigo para Sodoma y Gomorra en el día del juicio que para los que han tenido el privilegio de poseer la luz brillante, y han trabajado mucho, pero no han sacado provecho de ello. Han descuidado la gran salvación que Dios en su misericordia estaba dispuesto a brindarles. Estaban tan enceguecidos por el diablo que sinceramente pensaban que eran ricos y que recibían el favor de Dios, cuando el Testigo Verdadero los considera desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. 

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