Testimonios
Testimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 304-312, día 105
-304- Algunos no tienen experiencia en emprender la obra como si se tratara de algo de vital importancia. No la emprenden con el celo y el fervor que pondría de manifiesto que están haciendo una obra que debe soportar la prueba del juicio. Obran demasiado confiados en sus propias fuerzas. No hacen de Dios su…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 295-304, día 104
Los jóvenes que se están desarrollando entre nosotros no reciben el cuidado que deberían recibir. Algunos de los hermanos deberían asumir ciertos deberes que no están dispuestos a considerar ni a llevar a cabo. El temor a la incomodidad es suficiente excusa para muchos. El día de Dios pondrá de manifiesto muchos deberes no cumplidos: almas…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 286-295, día 103
Usted es sumamente sensible. Siente en forma profunda, y no ha dispuesto del poder necesario para eliminar de la mente los cuidados, las perplejidades y los desánimos. Vi que Dios sería para usted un pronto auxilio en las tribulaciones, si se confiara a su cuidado; pero sus preocupaciones la alejan de los brazos de su…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 277-285, día 102
-277- Me viene a la mente en este momento el caso de alguien, que se me presentó en visión, que pasó por alto estas pequeñas cosas, y no pudo interesarse en los deberes humildes, para tratar de alivianar la tarea de algunas personas que no podían salir de sus casas; esa también era una tarea…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 269-276, día 101
Se me mostró que la exaltación propia había contribuido a que el hermano R tropezara. Ha manifestado cierta superioridad con gusto a severidad hacia su familia y su esposa. Esto la ha alejado de él. Ha llegado a la conclusión de que no se puede acercar a él, y en su vida matrimonial ha sido…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 259-268, día 100
-259- Una juventud que se engaña a sí misma Hno. O, Se me han mostrado en visión los peligros de la juventud. Se me presentó su caso. Vi que usted no había adornado su profesión de fe. Usted pudo hacer el bien, y su ejemplo pudo haber sido una bendición para los jóvenes con quienes…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 251-258, día 099
-251- Su única seguridad consistía en confiar sin reservas en Cristo, su Salvador. No había seguridad para usted fuera de la cruz. ¡Cuán débil parecía la fortaleza humana en esas circunstancias! ¡Oh, cuán evidente era que no existe verdadera fortaleza fuera de la que Dios imparte a los que confían en él! Una petición ofrecida…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 243-251, día 098
-243- El Maestro vio que usted necesitaba prepararse para su reino celestial. No la puso en el horno para que el fuego de la aflicción la consumiera. Como un refinador y purificador de plata, mantuvo sus ojos fijos en usted, para vigilar el proceso de purificación, hasta percibir su imagen reflejada en usted. Aunque a…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 234-242, día 097
-234- Hno L: Usted rige a su familia con vara de hierro. Es severo al gobernar a sus hijos. No va a lograr su amor mediante este procedimiento. No es tierno, amante, afectuoso ni cortés con su esposa; por lo contrario, es duro, y siempre está rebajándola para acusarla y censurarla. Una familia bien administrada…
Read MoreTestimonios para la Iglesia, Vol. 2, p. 226-234, día 096
Usted es devota por naturaleza. Si pudiera educar su mente para que se dedicara a temas elevados, que nada tuvieran que ver con usted misma, sino que fueran de naturaleza celestial, podría ser de utilidad. Pero una gran parte de su vida ha sido malgastada en soñar con hacer alguna obra grande en lo futuro,…
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